Por el Chef Fernando Stovell
Septiembre en México es un mes único. Las calles ondean con listones verdes, blancos y rojos; el aroma de chiles asados y pan dulce recién horneado se escapa de los mercados; y el sonido de la música y las risas llena las plazas.
Es El Mes de la Patria—el momento de celebrar nuestra independencia, nuestra cultura y los sabores que cuentan la historia de nuestra nación.
Para un chef, no hay época más rica para cocinar en México. Los mercados están en su máximo esplendor: elotes dulces de temporada tardía, flor de calabaza vibrante, chiles con alma de tierra, jitomates maduros y frutas tropicales que brillan bajo las luces.
1. La Poesía del Chile en Nogada
Cada puesto es una invitación, cada canasta de productos, una promesa. Familias en todo el país se reúnen en sus cocinas para preparar recetas heredadas que han sobrevivido siglos, cada platillo cargado con la memoria de generaciones.
Un clásico de estas fechas es el Chile en Nogada—tan poético como delicioso. Su presentación tricolor—el verde del perejil, el blanco de la nogada y el rojo de la granada—refleja nuestra bandera y encierra el espíritu de México.
Creado en Puebla en 1821 para honrar a Agustín de Iturbide, se sigue preparando con amor, igual que hace dos siglos. En mi cocina, me gusta asar lentamente los poblanos sobre brasas de mezquite para intensificar su dulzura, rellenarlos con un picadillo de carne, frutas y especias, y bañarlos con una nogada sedosa hecha de nuez de Castilla recién pelada.
2. Una Peregrinación a Cholula, Puebla
El septiembre pasado, Maricarmen y yo viajamos al pueblo mágico de Cholula, Puebla—un lugar donde el tiempo parece detenerse y la comida se prepara con una devoción casi espiritual.
Fuimos recibidos en un pequeño comedor familiar junto al convento, donde Doña Teresa cocinaba mole poblano a la manera tradicional: tostando chiles y especias sobre un comal de barro y moliéndolos a mano en metate.
El aire estaba impregnado con canela, chocolate y chiles anchos. Sentados en una mesa sencilla, probamos una salsa tan compleja y profunda que parecía contar la historia entera del país en un solo bocado.
Ese momento me recordó que un platillo no es solo una receta—es un archivo vivo de cultura y territorio.
3. Tradición a Través de una Mirada Anglo-Mexicana
Este septiembre, quiero rendir homenaje a ese sentimiento—ya sea preservando la tradición tal cual o reimaginándola a través de mi lente anglo-mexicana.
Quizás me encuentres doblando maíz tatemado en tamales delicados con aroma a hoja santa, o cocinando lentamente un cerdo en recado rojo hasta que se funda con la salsa, listo para servirse en tortillas de maíz azul recién hechas.
4. Una Invitación a Celebrar
Te invito a unirte a esta celebración. Pon tu mesa llena de color, deja que la música inunde tu casa y cocina algo que hable del corazón de México.
Ya sea la receta más antigua de tu familia o un platillo recién descubierto, hazlo con orgullo, alegría y amor.
A lo largo de septiembre, compartiré recetas inspiradas en mis viajes, mi herencia y los platillos que han marcado mi cocina—perfectos para tus propias fiestas patrias.
Brindemos por los sabores de México, y por la gente y los lugares que los mantienen vivos.
En Celebración:
La Sabiduría de Frida
"No me queda la menor esperanza... Todo se mueve a la par de lo que el vientre contiene."
Frida Kahlo
En estas palabras, Frida capturó la esencia de lo que septiembre significa para mí—que nuestras conexiones más profundas con el lugar, la memoria y la identidad fluyen a través de los alimentos que compartimos y las mesas donde nos reunimos.